Erase una vez, desde la lejana China, desde la cuna de los mejores Tés, había un Té que no era tan conocido, tan admirado, ni tan consumido, como el resto de sus hermanos, el Té Blanco y eso que viene de la misma planta que el resto de su familia, la Camellia Sinensis, para el Té Blanco se aprovecha de esa planta, las hojas más jóvenes y sus brotes tiernos, no tan maduras como en el resto de los Tés, y eso puede que le haga sentirse inferior, eso pensará mientras se seca a los rayos del sol de Oriente, en una cama de seda, y tras de una pequeña marchitación, acaba su proceso hasta ser admirado.
Ni el color del Té, es acorde con su nombre, en este caso el color del Té Blanco es mas amarillento, ¿Cómo sentirse así reconocido?, que difícil la vida del Té Blanco.
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La transformación
Pero este Té, empieza a sentirse importante cuando se da cuenta de que, su manipulación y cuidado previo a sacar el producto al mercado, requiere de un alto nivel de habilidad en su recogida, de un mimo exquisito donde las hojas y brotes sin abrir, son tratadas con tanto cariño.
Él sabe que solo es un Té menor en apariencia, es menos consumido que el resto de Tés, ¿porqué?, ¿en que soy diferente? se pregunta el Té Blanco. No se rinde y empieza a crecer desde su interior, hasta que se le trata como lo que es, por eso durante siglos, sólo era consumido por los emperadores y sus allegados de la antigua China, empieza a cambiar la historia de nuestro protagonista. El responde con un sabor mas suave que el resto, devolviendo ese mimo con el que se le ha tratado.
Desde que estamos en LTdA, pocos, por no decir ningún otro Té, nos ha levantado tanta admiración y descubrirlo fue todo un acierto, solo olerlo ya detectas que es especial y diferente al resto, su dulzura al tomarlo por primera vez, no se olvida. Por eso lo recomendamos tanto y los que deciden probarlo, nos dan la razón.
Todo un superviviente
Incluso, este «patito feo» tardó en reconocerse, históricamente no se han detectado menciones del Té blanco, antiguamente era marginado, donde sin duda, el Té verde ó el Té negro se llevaban la palma y el reconocimiento, incluso en el siglo XVII al Té Blanco se le denominaba té negro, ya que su proceso no era el del té verde y no se paraban en pensar que, TODO en el Té Blanco, es diferente al resto, con los honores que se merece, se le dio nombre, el que le ha hecho sobrevivir todo este tiempo y convertirse en este precioso CISNE a quien tanto admirar ahora.
En la actualidad, culturalmente, la fama de este Té Blanco ya está cambiando, a su favor, como era de esperar. Se han realizado estudios donde se revela, cada vez más, la multitud de beneficios y propiedades que contiene. Una de las mas destacadas es la que demuestra que previene el envejecimiento de las células, esto es solo una pequeña muestra de todo lo que nos tiene preparado.
Beneficios y Propiedades del Té Blanco
¿Qué más le podemos pedir al Té Blanco a parte de lo bueno que está? , ni te imaginas lo mucho que nos da.
- Bajo en calorías.
- Es saciante, tomarlo antes de las comidas, ayuda a ingerir menos cantidades y eso se nota en el peso, ya que es uno de las mejores infusiones para poder adelgazar.
- Disminuye el mal aliento y protege tanto de la caries como de la placa bacteriana de la boca
- Al tener menos teína que otros Tés, ayuda a mantener estados de calma y de relajación.
- Fortalece el corazón, reduce el riesgo de enfermedades coronarias.
- Regula el colesterol.
- Ayuda a mejorar la piel, tiene propiedades para reparar con mayor rapidez cicatrices de la epidermis.
- Tiene un alto contenido en minerales, vitaminas y antioxidantes que nos retrasa el envejecimiento de nuestras células.
Después de saber lo que el Té Blanco puede hacer por ti, solo te queda elegir entre algunos de los que tenemos en la tienda, te dejamos este enlace PINCHA AQUÍ para que elijas el que más te guste, estamos seguros que no te defraudaran.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado, hasta la próxima entrada, os esperamos, ser FELICES
